sábado, 20 de noviembre de 2010

La fiebre amarilla.

Orgasmo primero:
Es el miedo lo que no permite verme. Para qué me buscas, los giros han quedado atrás. Ya ni te puedo ver de día, no te reconozco, no es eres yo. Se escuchan gritos, gemidos, garras. Aparece el guión de este largometraje, que se extendió por error. Está en blanco. Es irreversible. Poco a poco la pena se ha ido, me olvidé de vos.

Orgasmo segundo:
Se encuentra un hombre con un sentido extraviado. Una mujer con los ojos en órbita. Juntos planean el descontrol del caos. Soundtrack de Joe Crepúsculo. Las láminas no se tocan, se siente el metal, frío. Se introducen, el hedonismo a la máxima expresión.

Orgasmo tercero:
Un charco de agua en la banqueta. En él, no me reflejo. Me introduzco y allí me veo. Antes y ahora. De madera y de plasma. Me integro con los demás. Somos todo. Soy la nada. Vacío. El sentido regresa. Me veo desde arriba, tengo un número, un precio, una fecha de caducidad. Soy un producto en serie. Predomina el color azul; oscuro; abisal. Pasaron 8 dias. Ya estoy del otro lado.

Primer sangrado:
No me atrevo a salir. El asco me aprehende. Hay mucho polvo y amoniaco. Se resbalaron y perdieron la cabeza. Las manos no estuvieron juntas. No estuvieron separadas. No estaban.
Coágulos salen y entran. Entran más. Algo se mueve, él eyacula y crece la planta.


No hay comentarios: